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El contenido latino vuelve a tener gran presencia en Europa

Históricamente la telenovela, y sobre todo la telenovela latinoamericana, ha tenido gran recepción y buenas audiencias en todas partes del mundo. Las novelas mexicanas, colombianas y venezolanas eran vistas por millones de personas en distintos territorios. Muchos basaban sus historias en estos contenidos, y muchos aprendieron de entretenimiento audiovisual gracias a las novelas. El perfecto ejemplo son los turcos, quienes ahora pueden ser uno de los principales productores de televisión a nivel mundial, en los 80s y 90s consumían la telenovela clásica latina, y de ahí han venido inspirando sus historias que están dando la vuelta al mundo.

No es un secreto que las telenovelas, vengan de donde vengan (Latinoamérica, España, Turquía, Corea) continúan siendo uno de los géneros más escogidos por las audiencias, por las cadenas de televisión de muchos países, y desde hace un tiempo, las mismas plataformas digitales las empezaron a adquirir para poder atender a ese gran sector, que todavía pide contenidos largos, dramáticos, con historias de amor, de engaños, de traición.

El contenido en Latinoamérica vio un gran bajón en la última década, principalmente por las crisis económicas en la región, así como la llegada de otros jugadores y grandes productores que se fueron apoderando del mercado. Así, cada vez los productos latinos viajaban menos a otras partes del mundo. Era muy raro ver contenidos latinos en Europa o en Asia, algo que en la época dorada de la telenovela sí sucedía.

Sin embargo, ocurrieron dos fenómenos de inmensa escala a nivel mundial. Uno llamado plataformas digitales y otro llamado Covid-19, que además, se “alimentaron” entre ellos. 

La llegada de las plataformas digitales y la globalización del contenido ha generado fenómenos de audiencias de escalas inimaginables, de la misma manera que ha creado algo que el cine y la televisión nunca antes habían logrado que fue que el idioma ya no sea un problema para el espectador.

Era impensable que no importase ver contenidos en inglés, en turco, en chino, en español o en francés. Era indispensable que estuvieran doblados, y eso, ya creaba una distancia entre el producto y el consumidor. Ahora eso ya no es un problema. Las plataformas lograron acostumbrar a las audiencias a disfrutar de contenidos en el idioma que sea, siempre y cuando lo que se cuenta y la historia esté bien hecha.

Por otra parte, la llegada del Covid 19 y del confinamiento, potenció a las plataformas digitales y a la industria audiovisual, pues estar encerrados por tanto tiempo generó un incremento considerable en el consumo de entretenimiento. La gente necesitaba contenidos, buenos contenidos, en la plataforma y el idioma que fuera.

Café con aroma de mujer

 

Con esto llegamos a donde íbamos desde el principio. Las plataformas, y una lamentable pandemia sufrida por la humanidad, han logrado que poco a poco el contenido latino tenga otra vez, gran presencia en otras partes del mundo además de Latinoamérica, especialmente en Europa. Y en gran parte, con ayuda de los dramas turcos que gustaron en muchos territorios, y la similitud en el formato y en las historias con las producciones latinas son innegables.

Netflix fue uno de los primeros en atreverse a programar una novela de América Latina. Café con aroma de mujer fue una de las primeras, y sin lugar a dudas fue la primera en hacerse viral. Este drama colombiano fue visto y fue top 10 en más de 85 territorios, de acuerdo con datos de Parrot Analytics. La segunda, con un toque musical, fue La reina del flow. De allí siguieron sumando contenidos de ese estilo, hasta que ellos mismos decidieron ir por sus propias telenovelas originales, como fue el caso de La casa de las flores de Manolo Caro.

Hoy por hoy todas las plataformas tienen variedad de contenidos latinos que son vistos por miles de personas en todo el mundo. Productos como ¿Quién mató a Sara?, Pálpito, y más recientemente Griselda, son contenidos que han viajado y han tenido éxito en muchos territorios. La calidad de las producciones latinoamericanas ha mejorado, por lo que han vuelto a llamar la atención del mundo, ya que las historias y la creatividad latina es impecable. Cada día hay más producción de nuestra región no solo en plataformas sino en pantallas en diferentes continentes, así como cada día los distribuidores de estos contenidos tienen más interés por parte de los compradores europeos en los diferentes mercados.

La pregunta ahora es si será posible volver a aquella época dorada del contenido latino, si se le podrá llegar a lo que está haciendo Turquía actualmente que son vistos en cada territorio y aclamados por las audiencias. El camino pareciera el correcto.

Andrés Briceño