Este 16 de noviembre las productoras Clara Films, Centauro Comunicaciones, A Simple Vista y Maravillacine podrán ver finalmente en pantalla el documental Aullido de invierno. La película se estrena en el Festival de Cine de Tallinn, en Estonia, de clase A, que en los últimos años se ha perfilado como uno de los más importantes de Europa.
“Nuestra expectativa es llegar a la mayor cantidad de territorios con una película documental que no está construida a través de una propuesta clásica. Los festivales de cine —y en específico Tallinn— se presentan como una instancia fundamental. Esperamos abrir la oportunidad de diálogo con diferentes públicos, opiniones, críticas y visiones acerca del tema de la memoria, el amor, los derechos humanos, además del cine como industria y lenguaje” explica el equipo productor de la película.
Aullido de invierno es un documental híbrido con ficción, “una historia que a su vez contiene otra dentro de sí”. La sinopsis presenta a una pareja de ancianos que sobrevivió a décadas de esclavitud en el interior de un poderoso enclave en el sur de Chile, y ahora vive en aislamiento en la Patagonia. Su único propósito es vivir, en el presente, el pasado que nunca tuvieron, mientras luchaban contra su mayor temor: el olvido de la sociedad. Esta historia documental entrelaza una ficción con uno de los capítulos más oscuros de la historia reciente de Chile.
“Toda esta propuesta comenzó como una búsqueda de reflexiones respecto a la memoria, a las cicatrices y los ecos en la historia reciente de Chile. Nos encontramos con muchos desafíos durante el proceso de desarrollo, producción, montaje y posproducción de hacer todo con un equipo limitado, todos cumpliendo múltiples funciones” comenta el equipo, entre quienes están las productoras Clara Larraín y Françoise Nieto-Fong. “Estábamos muy conscientes de que el hecho de mezclar dos historias, documental y ficción, podría afectar el financiamiento, las ventas y también la selección en festivales de cine. Sin embargo, creemos que llegamos a una película en la cual está contenida toda la búsqueda e interés que dio nacimiento al proyecto”.
La película comenzó con la asociación entre A Simple Vista, de Tomás Gerlach y Matías Rojas Valencia como director y guionista de la historia. Luego de recibir una adjudicación del Fondo de Producción en Chile, surgió la necesidad de realizar una asociación a nivel nacional, la cual se concretó con Clara Films, para así levantar más recursos y gestionar el rodaje en el sur de Chile. La parte documental se filmó en Villa Ortega, un pequeño caserío cercano a la ciudad de Coyhaique, en la Patagonia chilena; y la ficción se filmó en las cercanías de un pueblo llamado Pucón, en la región de la Araucanía.
Para la posproducción de sonido se sumó Centauro Comunicaciones de Colombia, ya que Françoise Nieto-Fong conocía el trabajo de Rojas Valencia. La posproducción de imagen la contrataron con Maravillacine de Argentina.
VALORES DE PRODUCCIÓN
Para los creadores de esta película Aullido de invierno es algo así como una “muñeca rusa” cinematográfica. “Creemos que uno de los valores más importantes es el riesgo narrativo, y el desafío artístico de contar una película en dos formatos distintos, que con su unión buscan responder a la pregunta del rol de los recuerdos en nuestra vida y qué tan subjetivas son nuestras memorias”.
Como otros valores de producción del largometraje, el equipo destaca la dirección de Matías Rojas Valencia, que se centra en cómo procesan las víctimas las violaciones de derechos humanos y no en los hechos en sí, y la emotiva actuación de Paly García.
La película empieza un recorrido de festivales, pero con varios agentes de ventas ya interesados en la venta. En Chile tiene distribución asegurada en salas de cine para 2024 a través de Storyboard Media. En Colombia se estrenará en septiembre de 2024 y en Argentina también tiene fecha.
El equipo considera que el género documental permite ciertas libertades que a veces no se encuentran en la ficción tradicional, lo que lo ha vuelto muy demandado. Agregan que hay un interés de parte de las audiencias de conectar con historias verídicas con una investigación multidisciplinaria rigurosa detrás en la que al mismo tiempo hay un factor de incertidumbre, pues los creadores deben estar abiertos a que la historia también los encuentre.
“En Aullido de invierno unimos ese trabajo arduo del documental reforzado con el ‛control’ de la ficción para expresarnos creativamente y reconectar con esas primeras sensaciones que nos enamoraron de hacer cine; y de hecho fue uno de los principales objetivos de producir este documental” señala los realizadores. “En un momento de crisis en el modelo de distribución y consumo de nuestra industria, en que la irrupción masiva de las plataformas ha generado una gran incertidumbre a nivel de mercado, nos vemos obligados a tomar caminos más seguros en términos económicos, lo que se traduce en reducir los costos de las producciones sin reducir el valor artístico y es aquí donde el documental artístico ha ido cobrando un nuevo espacio”.
Flor Singer